
«Al fin, casi al anochecer, los muros grises del Lavra han surgido por encima de los árboles, situados en lo alto de una bahía de curva muy pronunciada y fuerte oleaje. Se trata del más antiguo de los monasterios del Monte Athos y el mas importante, y, a medida que me iba acercando, me daba la impresión de que sus muros desgastados y venerables, sus tejas destartaladas y sus frescos descascarillados me remontaban a los orígenes del cristianismo: un lugar sagrado y encumbrado entre los riscos blancos y el mar embravecido, como el nido de un águila.» (Patrick Leigh Fermor, El último tramo, RBA Narrativa)

El monasterio de la Gran Lavra es el mas antiguo monasterio del Monte Athos. Su fundación se debe a San Atanasio, monje bizantino nacido en Trebisonda y profesor en Constantinopla. Atanasio abraza la vida monacal retirándose al Monte Kiminas, donde conocerá al emperador Niceforo Focas, su gran protector. Años después, buscando aislarse del mundo, llega al Monte Athos y junto a un grupo de eremitas funda la Gran Lavra en el 961, creando una regla de vida precursora del actual sistema conventual del Monte Athos. Antes de morir fundará también los monasterios de Iviron, Vatopedi y Esfigmenou.

El monasterio, fortificado con una muralla de piedra, es un conjunto de edificaciones de ladrillo, dispuestas de forma irregular alrededor de dos patios, bajo la atenta mirada de la torre del emperador Juan Tzimisces. Se accede al monasterio por un pórtico de cuatro columnas abovedado, del siglo XIX y decorado con un icono de la Virgen de la misma época.
En el mayor de los patios, bajo los cipreses plantados por San Atanasio y su coadjutor Eutimio, se sitúan el refectorio, el fiale y la iglesia.
El refectorio está construido sobre los cimientos de un antiguo templo dedicado a Minerva. Su fachada esta presidida por una Virgen con niño con los brazos abiertos en señal de acogida.

El fiale data de 1635, al igual que la pintura que decora su bóveda, que representa el bautismo de Cristo. Bajo la cúpula una enorme pila de dos metros de diametro de una sola pieza y rematada con un caño de bronce, decorado con animales y coronado con un águila con las alas desplegadas.
Y finalmente la iglesia, frente al refectorio, en la que San Atanasio perdió la vida mientras realizaba unos trabajos de reconstrucción. El atrio, en el que se encontraban la celda y la biblioteca de san Atanasio, fue demolido en 1814 y sustituido por una galería acristalada decorada con frescos de variados martirios. Las puertas de acceso a la iglesia son de madera ricamente labradas. El interior está profusamente decorado con frescos que datan del 1535. En la capilla de la derecha, entre cuatro pilares de mármol rosa se encuentra la tumba de San Atanasio, y frente a ella, la capilla de san Nicolás con un retablo del siglo XVII. En la nave se hallan los retratos de Niceforo Focas y Juan Tzimesces, probablemente coetáneos de sus egregios retratados.

Su biblioteca, al igual que el monasterio, es la mas antigua del Monte Athos y custodia más de dos mil manuscritos, entre ellos el Codex Athous Laurae, del siglo IV, Nuevo Testamento escrito sobre pergamino.
Entre los tesoros del monasterio cabe destacar el Icono de Nuestra Señora Koukouzelissa y un tríptico de oro macizo decorado con diamantes, perlas, rubíes y esmeraldas, regalo de Niceforo Focas, ricamente decorado, en cuya pieza central alberga una astilla de la Santa Cruz.